El otro día me subí al bondi, para ir al trabajo ni más ni menos.
- Buen día... $1.10 por favor - le dije al chofer.
Cuando me dirigí a la maquina lei lo siguiente:
"Indique su destino"
El tipo apretó unos botones y enseguida el mensaje desapareció, para ser reemplazado por:
"$1.10 Pague por favor"
Yo no había indicado mi destino, que vaya uno a saber cuál es.
Desde que el hombre es hombre la pregunta da vueltas y vueltas, sin nunca obtener (creo que por suerte) una respuesta definitiva, que ponga fin al problema.
Yo procedí a meter las monedas de a una y no muy rápido. El monto fue descendiendo de a poco, hasta que llegó a $0. Al rato me bajé y fui a trabajar. Mi destino sigue siendo incierto, por lo menos para mí.
Un claro Hechizo de Premonición, que no se llevó a cabo, por no obtener respuesta.
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No te imaginás cómo me dejó pensando este post. Tu observación es sumamente refinada. Antes, yo veía esta ventanita con mucha desconfianza porque siempre se queda con alguna de mis monedas, las cuales hoy en día, valen oro. Pero de ahora en más, voy a recordar la posibilidad de elegir mi destino con sólo subir a un bondi. Agarrándome bien y sin distraerme, por supuesto, por si algún barquinazo me manda al suelo.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu blog. ¿Adiviná quién me lo recomendó?